lunes, 14 de marzo de 2011

Una vivencia inolvidable, retiro tai chi, Miraflores

Después de tantos años haciendo retiros, sigue quedando en mi interior una huella imborrable de cada uno de ellos. Esta vez ha sido tan bonito, tan espontáneo y humano, que me digo, en silencio: "qué maravilloso es el ser humano cuando deja hablar a su corazón, cuando muestra su palabra desarmada".

Cuántas emociones y sentimientos derramados, cuánta empatía y cariño hacia el otro que dejaba entrever su retazo de alma en cada palabra o gesto, en cada silencio pausado! Es que lo que sucede en estos encuentros no es cualquier cosa, no es simplemente un ejercicio, una enseñanza marcial sin objetivo, es mucho más que eso. Es mostrar el chi kung con toda su inmensidad, su energía y su poder curativo, es mostrar como la energía que poseemos puede multiplicarse y reportar unos beneficios insospechados. Es enseñar lo que hay dentro con humildad y sabiendo que el camino está sólo en el principio, que queda mucho por recorrer, cada vez más ligeros de equipaje y más cargados de sonrisas...

Los talleres son profundos, sinceros, interactivos, meditativos, relajantes, hechos para todos sin excepción, porque no dejan indiferente a nadie, porque tocan lo más puro que hay en ti y nos hacen ver la realidad de nuestro ser interno, de nuestro batallar diario, de nuestra lucha a veces desgastada e inútil, manteniendo a costa de lo que sea esa verdad que ya no nos sirve para nada, pero mantenemos por inercia, o por miedo. Miedo a descubrir nuestro poder, nuestra inmensidad, nuestra autenticidad que nadie tiene derecho a perturbar, juzgar o criticar. Acaso pertenecemos a alguien, acaso pertenecemos a algo más que a la vida misma? Sentir la libertad interior, aunque sólo sea un segundo, es alcanzar la tibieza del rayo que ilumina el firmamento.

Agradezco tanto a las personas que quisieron compartir conmigo este fin de semana, que las palabras se agotan, la sensación  que  perdura en mí nubla el intelecto, el amor supera el verbo fácil y sólo me queda sentarme, respirar profundamente y meditar en silencio lo acontecido, para integrarlo en mi vida diaria y ser cada día un poquito mejor para mí misma, para todos. Lo que aprendo es infinito, lo que enseño es lo que brota desde lo profundo, lo que muestro es lo que impulsa mi corazón. Siempre.

Hasta muy pronto, hasta que volvamos a vernos, recordad que vivir para crecer es el sentido.

Isabel

2 comentarios:

  1. Ha sido una experiencia inolvidable,como todos los retiros de Isabel. Hemos conocido gente nueva,nos hemos reencontrado con amigos,hemos reído y hemos llorado. Mucha paz en el ambiente,en un entorno privilegiado. Regresé el domingo plena de tranquilidad y bienestar. Gracias,Isabel,por ofrecernos estos maravillosos retiros. Namasté.

    ResponderEliminar
  2. Siempre recordaré este retiro como especial; aunque todos lo sean; aunque se me olviden los mejores momentos... Todo fue dirigido por la persona más especial y maravillosa del Tai Chi y Chi Kung del momento, ni Peter Yang ni leches... Isabel Fominaya, Isabel Fominaya forever...

    ResponderEliminar