domingo, 8 de mayo de 2011

dar chi, recibir chi

Cuando hacemos tai chi, chi kung, u ofrecemos reiki o damos un masaje... estamos trabajando con la energía o chi. En nuestra práctica con el arte marcial del tai chi permitimos a través de la respiración suave y los movimientos lentos y armoniosos que la energía fluya por nuestro interior, haciéndonos sentir más libres y ligeros, más en contacto con lo que nos rodea y nuestro propio interior.

Con reiki, ya sea aplicado sobre nosotros mismos o los demás, facilitamos que la energía que da vida al universo, sea canalizada a través del interior y fluya por nuestras manos, para aliviar y sanar las dolencias físicas o emocionales.

Dando un masaje ponemos lo mejor de nosotros mismos en los demás, con nuestro calor, tacto y ternura, respetando a la persona que nos confía su cuerpo y mente.

Todo lo que nos rodea es energía; para moverse, hablar, incluso pestañear, hace falta energía... por eso es tan importante practicar tai chi y chi kung, para revitalizarnos, sentirnos plenos y vivos, para poder aportar al mundo lo que realmente necesita: alegría y amor, fuerza y paz.

Si nos damos cuenta, nos pasamos todo el día intercambiando energía, y de nosotros depende lo que emanamos. Influimos constantemente en los que nos rodean, y según demos, así recibiremos. Por eso es tan importante cómo nos acercamos a los demás, cómo es la calidad de nuestros deseos o la realidad de nuestras intenciones. Dicen que cuando te encuentras a menos de un metro de distancia de otra persona, ya estás interfiriendo en su energía vital... Cuán importante es lo que portamos dentro para ofrecerlo fuera!

Influimos en las personas mucho más de lo que pensamos y a un nivel muy sutil, que a simple vista no se percibe pero que se se siente en lo más profundo. Incluso, según los científicos, los átomos actúan de forma diferente cuando existe un observador; cuando no hay nadie que los mire, actúan de otra manera. Y este descubrimiento es realmente fantástico, porque si estamos hechos de átomos que están moviéndose constantemente, estos se alteran de una forma u otra cuando alguien se nos acerca, queramos o no. Sí, influimos y nos influyen constantemente, por eso es tan importante mantener una mente sana, un corazón bondadoso, para estar seguros de que damos lo mejor con todos aquellos que nos cruzamos. Al menos ahí estamos, intentándolo día tras día a través de nuestras prácticas de tai chi, chi kung, reiki, meditación...

Recibo lo que doy, doy lo que recibo, y cuanto más chi puro fluya por mi interior, más chi puro seré capaz de dar, porque para mí lo más importante es crear relaciones basadas en la autenticidad y en el amor, en la paz y la libertad.

Desde mi rincón, te animo a que practiques estas técnicas para sentirte más vivo, más sereno y capaz de dar y recibir, de intercambiar con los otros algo muy elevado, algo que brota desde lo más profundo de tu ser hacia el Universo, y viceversa: chi puro, energía luminosa.

Gracias a todos los que aportaron y aportan luz a mi vida.

2 comentarios:

  1. Hola,Isabel. La forma en que te expresas ya inspira confianza y paz. Un lenguaje sencillo pero elocuente. Ya sabes que amo tus talleres y retiros. Continúa con este maravilloso blog. Namasté.

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  2. Gracias por otorgarnos palabras tan bellas, llenas de elocuencia.
    Saludos desde Chile, La Serena.

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