miércoles, 25 de abril de 2012



   POR QUÉ PRACTICAR TAI CHI

Un estudio elaborado por el Centro Médico Turst-New Englan (Estados Unidos) ha demostrado los beneficios del Tai Chi frente a los efectos de algunas patologías crónicas:
- Artritis reumatoide: Mejora la estimulación ósea y fortaleza el tejido conectivo
- Esclerosis múltiple: Aporta una mayor velocidad cuando se camina, una mayor flexibilidad en la musculatura y un mayor bienestar psicológico
Además, ya en otros estudios se ha reflejado que, además de los beneficios que nos aporta a la salud practicar un deporte, cualquiera que sea, el Tai Chi nos permite reducir el estrés, mejorar la presión arterial y aumentar el movimiento de nuestras articulaciones.
A su vez, a través de esta práctica ejercitamos la memoria, ya que hemos de aprendernos los pasos y los movimientos, la concentración y el desarrollo del sentido del equilibrio. De esta forma, aumentamos nuestra flexibilidad mental, aumenta nuestra creatividad y aprendemos cosas nuevas.
Existen cinco estilos de Tai Chi distintos, aunque el más habitual es el denominado Tai Chi Chuan y es especialmente recomendada para las personas de edades avanzadas* ya que son ejercicios tremendamente suaves. Si os animáis a practicarlo, lo mejor es que recurráis a centros en los que se oferten clases de Tai Chi con profesores cualificados. Ellos os enseñarán los movimientos, los pasos y su combinación con la respiración. Puede practicarse al aire libre o en entornos cerrados, normalmente acompañado de música china que os ayudará a encontrar la armonía que buscáis.
Además, tan sólo necesitáis ropa y calzado cómodo para practicar y aprovecharos de los beneficios del Tai Chi

  Artículo extraído de Salud  mujerhoy.com

 *Aunque muchas veces se suele asociar tai chi con tercera edad por la facilidad de los movimientos, os aseguro que es mucho más profundo de lo que pueda parecer, en todos los sentidos, y animo a la gente joven y de mediana edad a realizar este arte marcial sin ningún tipo de prejuicio. Entonces la coletilla "es cosa de mayores", deja de tener sentido para convertirse en "es cosa de todos".

EL SER HUMANO, DELICADO SER

Estamos educados en la competitividad, el tener y la desconfianza. Nos inculcan la idea de que hemos de ser el número 1 en todo lo que nos propongamos, y cuando esto no sucede, que suele ser casi siempre, nos sentimos fracasados y no valiosos. Esto nos hace vulnerables, expuestos constantemente a las críticas ajenas, indefensos y miedosos. Cualquier opinión negativa de otra persona nos hace sentir inferiores y nos pone a la defensiva, mostrándonos susceptibles ante casi cualquier cosa que venga de otros hacia nosotros.

Somos delicados, tremendamente susceptibles, y aunque midamos las palabras, parece ser que siempre alguien se acaba sintiendo ofendido. Yo misma, trato de hacer las cosas lo mejor posible para todos, a veces excesivamente cautelosa, caminando tremendamente suave, para que exista la armonía y la paz en las relaciones que me rodean, y aún así, siempre alguien acaba saliendo perjudicado. Entonces me miro por dentro, acepto la imposibilidad de que todo dependa de mí, suelto y dejo que cada cual se mire y saque sus propias conclusiones si ese es su deseo.

No soy culpable de nada, sólo responsable de mis actos, pero no de los de los demás. Que cada uno de nosotros asuma sus propias consecuencias, que yo asumo las mías como pueda. Eso sí, también se pedir perdón cuando realmente creo haber hecho algún daño, y lo hago desde el corazón prometiéndome a mí misma no volverlo a hacer, aprender de mis errores de una vez por todas y así, pausadamente, seguir caminando entre luces y sombras.

Soy tan delicada y a la vez tan fuerte... Soy capaz de tanto y de tan poco... Soy tan amorosa y dulce y a veces tan distante... Cuánto me tiene el dia a día que enseñar, cuántos obstáculos que salvar, cuántas relaciones que trascender! Pero, también he de decir que lo más emocionante que me ha pasado en la vida, es la incertidumbre de vivirla. 

Somos tan delicados y tan fuertes al mismo tiempo... que el dar y el recibir se convierten en el mayor tesoro que jamás podramos poseer. Gracias por compartirlo conmigo.

Isabel