jueves, 16 de diciembre de 2010

En la práctica


Hay miles de páginas que nos hablan de diferentes formas de tai chi, con sus tecnicismos, dinastías, genealogías... Nombres de maestros célebres desde muchos siglos atrás hasta nuestros días, con apellidos y zonas geográficas concretas de China, así que por mi parte, en cuanto a la forma, decir que tai chi chuan es una disciplina milenaria, y que hay diferentes estilos de tai chi:. En concreto, nuestra escuela, Yang B, consta de 80 movimientos muy lentos, fáciles de ejecutar y adaptables al físico de cada uno. Y nombres chinos sólo me sé el del maestro Peter Yang y dos o tres más. Ah!, no te sorprendas si al empezar tu práctica te encuentras con otras personas cuyo tai chi no coincide con el tuyo, eso es debido a la diversidad de estilos.

Al practicar tai chi  nos encontraremos por el camino con nuestros amigos grulla, mono, serpiente, oso, pájaro, tigre, gallo...
Haremos la ofrenda al sol, tocaremos el arpa, otearemos el horizonte, buscaremos las agujas en el estanque, danzaremos con las nubes, tejeremos con la doncella, dispararemos el arco, y como no, entrelazaremos pasos y daremos patadas y puñetazos, porque, al fin y al cabo, es un arte marcial.
No te obsesiones con la forma, el aprendizaje requiere tiempo y paciencia, para unos más que para otros y  siempre dependiendo de las ganas y la motivación que hallemos en nuestro corazón, porque no es determinante disponer de mucho tiempo para la práctica tanto como de tener auténticos deseos de aprender. Así que ten calma, y disfruta, relájate, suelta el cuerpo, respira profundo, sonríe y comienza con un primer paso, que todo llega en su momento y no hay ni principio ni fin, ni metas ni medallas, sólo tu propia satisfacción, la satisfacción de haber tomado una sabia decisión al iniciarte en este arte marcial.


Notarás cambios graduales, aunque dependiendo de la persona, puedes experimentar relajación el primer día, alivio en tu dolor de espalda, sensación de ligereza... o no. A lo mejor necesitas varias sesiones para que tu cuerpo se acomode a este nuevo ejercicio que le estás ofreciendo, ya que años de contracturas, malas posturas, sedentarismo, estrés, ansiedad, dolores musculares generalizados, tensiones, dolores de cabeza, pesadez corporal, etc..., no pueden resolverse en una, dos o cuatro horas de práctica. Sólo date la oportunidad de conocer un mundo nuevo, de abrirle tu puerta y permitir que se instale poco a poco en ti: te sorprenderás de los cambios que puedes experimentar a todos los niveles.


Y ahí va una frase:
"A la mente quieta, todo el Universo se rinde". Lao Tzu

Y para aquietar la mente, nada mejor que un ejercicio de respiración hacia el tan tien. Tan tien o mar de energía es el centro energético del cuerpo humano, donde se concentra y reserva toda la energía. Está situado unos tres dedos por debajo del ombligo y dos centímetros hacia adentro. Este punto es fundamental saber que existe y donde situarlo para todos los practicantes de tai chi y chi kung, ya que la respiración a lo largo de los movimientos se dirigirá hacia allí.

"Siéntate con la espalda recta o túmbate, pero procura no dormirte. Cierra los ojos. Pon tu mano derecha encima de la izquierda si eres mujer y al revés si eres hombre sobre el tan tien. Haz tres respiraciones profundas, visualizando como el aire llega hasta allí y sintiendo como se expande el abdomen. Espira por la boca y siente como se contrae el abdomen. Después de estas tres respiraciones inspira y espira por la nariz lenta y tranquilamente hacia el tan tien. Al inspirar visualiza una luz blanca que entra en tu interior calentando todo el abdomen y al espirar visualiza una nube gris que simboliza la tensión. Inspiro luz blanca, espiro tensión, así hasta llenar todo tu cuerpo con esa luz purificadora. Después de unos minutos, vuelves a realizar tres respiraciones profundas sintiendo tu cuerpo relajado y tu mente serena.
Abre los ojos y sonríe".